Nuevos paisajes
En la década de 1950, Tarsila realiza numerosos encargos y proyectos de ilustraciones, al tiempo que participa en exposiciones colectivas, entre las que se cuentan las dos primeras bienales de São Paulo.
Observando retrospectivamente su obra, retoma, actualizándolos, los motivos de sus composiciones anteriores. Experimenta con diferentes registros formales, variando la manera en que articula las formas geométricas y orgánicas que caracterizan desde el principio su vocabulario pictórico.
Siempre atenta a los cambios de su entorno, Tarsila sigue el ritmo de las transformaciones del paisaje urbano brasileño, especialmente el de São Paulo, con sus rascacielos de tono gris azulado cada vez más altos dominando las casas antiguas y la vegetación tropical.
Se muestra también receptiva a los códigos visuales más actuales: a finales de esa misma década, la Abstracción Geométrica y el Informalismo están en pleno auge entre los jóvenes artistas, el paisajista Roberto Burle Marx multiplica sus jardines multicolores de plantas autóctonas y acaba de iniciarse el gran proyecto de construcción de Brasilia —la nueva capital de Brasil— bajo la dirección de Oscar Niemeyer y Lucio Costa.